sábado, 16 de enero de 2010

Granizo

Disfrazar el tiempo en un suspiro, eliminar la versión fantasma del momento en frases vanas, con situaciones paganas que se derriten en mi memoria… que se restriegan con el dolor de la duda inmersa y la culpa clandestina de estar o de no estar. Con la punzada que se traga el reflejo ajeno, la cara escondida que la moneda al aire nunca enseña, que se funde al instante de la caída y no se ve mas allá de la primera vista, que envenena cada gota de sangre que corre dentro de un cuerpo que quiere gritar y no sabe porque; que tiene miedo y que sólo tiembla sin explicación y con el deseo inconsciente implícito, vívido a través de unos poros que destilan soledad… infundamentada, pero no deja de ser soledad… y la mente se quema, hierve con cada pensamiento que desgarra sin derramar la mas mínima lagrima hospedada en la garganta que se anuda y que guarda silencio, sintiendo mas y hablando menos… enterrando lo que no es por lo que fue y olvidando lo que es para no humedecer el camino; pero la piel se arraiga y no reacciona, se encierra para no seguir golpeando, para seguir peleando por ganar cuando pierde con el ritmo mismo con el que la respiración te agota y se acelera, se denuncia cuando se aísla y se pierde mas allá de lo que no conoce…
Tiembla, se calienta, se evapora, se enfría; y al mismo tiempo se deshace y cae como granizo, y pesa, se transforma en la masa inerte que cargas sin razonar y que te debilita, te hace ceder… cambia pero no evoluciona… sigue cambiando, lo hace cada día pero no desaparece…

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