domingo, 6 de marzo de 2011

Punto de fuga

No es que sea masoquista... Sólo aposte con el tiempo y le predije al destino que ahí podía ser feliz... Que con cada sentido, suspiro día a día y si he de perder a distancia he ganado a presente la magia del destello que aquel día mostro claroscuros en luminarios de espinoza percepción. Que por un instante de hipnosis eterna me bebí la vida ... De ayer, mañana y hoy. Que de proezas nostálgicas colisioné en tabaco robado, humo moribundo e inspiración (falseo y alusión) que tras concepciones y pretensiones me salí del infierno a buscar agua en tierras extrañas y me empape de polvo de perdida esperanza y atrabancada y unísona pasión... De tacto fantasma, fugaz de palabra pagana, subtexto dormido y conspiración...
No es mentalismo de falsa nostalgia, ni guerra, ni venganza... Es vals de sentimientos, veneno, caricias y posible indecisión...
(Déjalo a mi Diablo Guardián, que he de ser yo quien lo diga... Que tras líneas de silencio tú entre líneas me dominas y yo contengo por voluntad... Tuya y mía, a sangre fría.)

sábado, 5 de marzo de 2011

Silencio / Verdad = Máscara

¿En que acabó?, ¿en que ya no había nada por perder?, ¿en que ya no había nada que decir?, ¿en que lo que teníamos nos destruyo porque no encontramos nada que nos llevara a ningún lado?, porque somos imperfectos y nos creímos invencibles, porque no encontré un instante para hacerte ver que yo seguía ahí para ti, y me equivoque, y no comenzare fingiendo que puedo empezar de nuevo, no te mentiré como tantas veces antes.
Pero si comenzara de nuevo pensaría inútilmente que no tengo nada por perder, que soy una persona diferente, que me parto en pedazos, para concentrarme en lo que viviría mil veces para reencontrarte, para cautivarte día a día, de tantas formas diferentes y acabar… acabar, consternarte, consternarme de inventarios; ¡sí!, te inventaría tantas historias para convencerte, te mentiría para conseguir una gota de tu calor absorbente, y que acabara en mí, mientras tú con tu silencio, me destrozaras y como siempre… comenzaríamos de nuevo una vez más…
Me concebí despierta por comentarios superfluos incontenibles, pude callarme y quedarme con mis migajas, pero no “quedaría en mi” ¡claro! te desperté del vacío, éramos tu y yo en el ultimo momento, donde me apartaste de tajo y me aleje de mi… de ti… de todo lo importante que podría hacerme entender que si, fue mi culpa, que no es como en los cuentos donde reniegas que no te tocaba sufrir… si fue mi culpa, lo fue y no voy a olvidarlo; ahí comenzó todo, ahí… donde llovía y lloré, donde dije “no te vayas de mi”, donde tiré las llaves, donde me quede con las manos vacías y lo más respetable pudo ser marcharme con no más que el recuerdo de que yo, fui yo quien no tendría que preguntarse inútilmente ¿en que acabó?... (Fragmento: ROSA NEGRA)

Colisión de tempestades...

¿En que acabo, que era tiempo? Que estábamos predestinados y aun así no podíamos estar juntos, que encontramos la disparidad en nuestros contextos, que fueron más fuertes que tú y yo. Y a pesar de todo... Parecía poco importante...
¿Acabo? Si, en que no ibas a lastimarme, en que no permitiríamos que la ausencia se nos colara entre los dedos como agua fría, pero ahí estábamos, nos congelo, nos replegó, me arrepentí porque tú me orillaste, porque reconociste que en mis errores era más fácil rendirnos, porque mi yo impulsivo no iba a regresar y tú querías eso, pero no serias tu quien iniciara, no, por lógica, por coherencia, para evitar la pausa incomoda de ambición de posibilidades. ¿Por qué? Porque no podías, porque era complejo e incalculable pretender que era muy "fácil" decir no puedo mas... Porque por aptitudes y actitudes me correspondía... A mi... Me correspondía porque era mi parte... Porque era imposible que te tocase a ti... Y acabo... Disonante... Estúpido... Porque no hubo ambas partes, no hubo una con credibilidad... Todo fue magia de galaxias encontradas y no sabíamos pelear... Acabo porque huimos y no nos quedamos a llorar... Porque no esperamos que en la posible madurez relacional pudiéramos salir sin arriesgar... Acabo porque yo no me supe callar... Porque me acorralaste con tu banalidad, porque querías que yo lo hiciera y no contaste que me faltarían fuerzas para parar... Nos frenamos sin hablar y sugiriendo que era más fácil huiste como sin esperarlo... Y de mi.... No faltaba mas...