sábado, 16 de enero de 2010

Polvo

El romper de las olas en las rocas desempolvo el recuerdo… el agua salpicaba su rostro y se consumía con la lagrima caída al vació en un sentimiento aparentemente olvidado.
La imagen del ayer proyectado en un mar inconfundible y reflejado en sus ojos por un cigarro apagado en la piel…
Y la sal en el viento con el propósito inmerso de hurgar esa herida cerrada, de hacer visible la cicatriz imborrable, aludiendo la posibilidad de sangrar de nuevo o, como tal, estar ahí toda la vida…
En una tarde nublada cubierta del amargo desafío de la memoria; entre la lluvia próxima que prometía nada más que una triste sonrisa a aquellos que lo miraban.
El fósforo se extinguía en la mente distante que no contemplaba el correr de las horas; ¡como si el tiempo pudiese ignorar el pasado o desvanecerse en el mañana!
Como respirar en el océano, creyendo que se puede estar ahí sin daño alguno, sintiendo asfixia poco a poco donde tus gritos se ahogan con el viento cuando caes con un abismo; cada vez mas lejos, mas solo, mas perdido o mas despierto como para soñar una salida; queriendo huir sin posibilidades; llorando en silencio con los ojos abiertos y las manos atadas…

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