viernes, 5 de noviembre de 2010

Divergente subjetividad

Tantas veces alimente mi orilla magistral de subjetividades, fui barro derretido de insignia fugaz, desperté del transe repentino impertinente de tan antiguos abstractos clandestinos, esos tuyos y míos dispares, discordes, divergente opacidad. Pero tras ajenas construcciones soy volcán dormido de asperezas provocadas, las tuyas que ensangrentaron mi real suplicio a protegerte por encima de todas las cosas... Que magnificaron y subestimaron tus encantos de escénica posesión oscura e imposibilitada redención... Adición... Compasion.
No despliegues tu sumisa letra de acomodo, de reproche enmascarado, de altibajos compensados de nostalgia... Tiempo... Y del tiempo comprendido el perecido de amuletos, de falacias y lamentos... Por creerte, entenderte, de evitame por alarde... Cobarde... Tarde... Tarde lo roto de mi ahogado ensamble de memoria innesesaria, de atea complicidad...

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