jueves, 15 de abril de 2010

Caudal de luna...

Luna menguante… destellos de amanecer… que en luces insinuantes oscureciste mi renuencia, que levemente aceleraste mis impulsos por contrastes y matices claroscuros sugestivos de infinita inspiración; eres noche sombreada incandescente, palpitar de reloj primigenio y subjetivo, silogismo incomprendido de colores reflejados, absorbencia taciturna de brillo desmedido y ojos profundos… Soy consciencia inconsciente a mis estribos, guardián de magia susurrante, diablo falácico de vinculadas profecías, que previendo aguas profundas, navegue asfixiante en tu novedad perfecta de progresión y amanecí en compleja correlación que de conjunta comprensión, congelé la precipitada respiración en un suspiro… Rio caudaloso de sutil corriente adversa puedo morir en tu abismo; que por la repentina ilusión reflejada compusiste la letra de la palabra sellada, de tu canción no cantada y la mirada que irradia la imagen contagiosa… extraña… silenciosa… lejana y tan natural…

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