martes, 15 de noviembre de 2011

Ultimo adiós



"Al rincón que no me hiera con los años… que no discrimine mis recuerdos, ni profetice mis vivencias, a fraganti agravio de tus ojos que impregno en los míos el “aquel día de sublime inspiración...

Conocí el hoy en las palabras abrasivas cuando conferí en congregarme al universo… cuando entendí disiparme de mi agónico prejuicio y ceder… soy el último instante que gana por perder… que entrega al esperar sin lúdica presencia argumental…
Inmortalicé los pensamientos del abismo y matice la despedida por anhelo sugestivo al toque de queda de una nostalgia, apariencia, ironía o demencia… o por simple sacrilegio de morir… por volver a vivir… por cambiar al infinito y sucumbir la evolución en rubrica de conversión gradual…
Invadí de mis espacios únicos para envenenarme y encontrar la fórmula perfecta del “ser y estar”… engañada de su no existencia, cambie peso por levedad y mantengo la lógica de apostar… caí al momento, al destino, al tiempo, a las gotas de lo mágico y aprendí a volar… vértigo, te ame sin gravedad; doy adagio convulsivo para reestructurar… del guión impredecible que a la vida suburbia, ajena y mía me da…
No hay palabras para reflejar lo inerte, lo vivo, un martes cualquiera que convine el numero que me hizo soñar… 15 ¿Entiendes Diablo Guardián, sello la máscara en un profundo silencio transcrito para despertar…? sólo tú, al final del tiempo (poderoso) me leíste tal cual soy sin dudar… dejo eso a dos segundos… luna menguante… dos (los míos) a nadie más…

Somos lo que somos… y yo pretendo lo inmortal…