domingo, 18 de abril de 2010

Alegoría

Lluvia acida, despierto y me repliego agoto mis posibilidades destruyendo mis sentidos alegóricos. Embeleso mis silencios para conservar mi mascara; y atribuir que puedo mirarte y conservar mi temple. Perpetuando… consagrando… acelerando… sin disimular…
Omnipotencia de la idea, oigo susurros retumbar en mis paredes, en mis recuerdos convalecientes… y anhelándote me destierro en mis rincones, huyo… y soy un tempano cuando consolido mi presencia en ausencias clandestinas.
No estoy aquí porque proyecto mis reflejos y los tuyos… épica moribunda… me despierto y me voy en el solsticio… luna de noche caída… me asfixio… ¿no lo ves?... ¿no lo escuchas?... soy un fantasma… porque debo guardar la calma para no enloquecer…soy esquizofrenia de mis sentires y me agoto acorralada… cárcel de subtextos… alegorizo, desmantelo falaces texturas… abandonadas en desconciertos… entre sombras prefabricadas y miradas furtivas… complacencia fugaz, relámpago de infierno… me derrito… amedrento mis impulsos… mis convicciones… muerdo mis sentires para no acercarme… para no tocarte porque me quemo… me destierro equivalente… estoy aquí entre eco fortuito… de manecillas que corren hacia atrás… que transgredan la oscuridad y el tiempo…

jueves, 15 de abril de 2010

Caudal de luna...

Luna menguante… destellos de amanecer… que en luces insinuantes oscureciste mi renuencia, que levemente aceleraste mis impulsos por contrastes y matices claroscuros sugestivos de infinita inspiración; eres noche sombreada incandescente, palpitar de reloj primigenio y subjetivo, silogismo incomprendido de colores reflejados, absorbencia taciturna de brillo desmedido y ojos profundos… Soy consciencia inconsciente a mis estribos, guardián de magia susurrante, diablo falácico de vinculadas profecías, que previendo aguas profundas, navegue asfixiante en tu novedad perfecta de progresión y amanecí en compleja correlación que de conjunta comprensión, congelé la precipitada respiración en un suspiro… Rio caudaloso de sutil corriente adversa puedo morir en tu abismo; que por la repentina ilusión reflejada compusiste la letra de la palabra sellada, de tu canción no cantada y la mirada que irradia la imagen contagiosa… extraña… silenciosa… lejana y tan natural…

martes, 13 de abril de 2010

Trazos

Era un silencio tan perfecto que sucumbí a mostrar de mí la consciencia de mi propio anhelo desmedido, era profundo pero avasallante, era estremecedor como trazos sin terminar en una página vacía de soliloquios literarios, era luz perdida en horizontes grisáceos sin matizar. Era tan capaz de anonadarme que aun en el transe moribundo de este mi último instante, contemplé las lluvia cayendo en mi propio abismo, hojas secas de otoño inminente de sarcasmos depresivos y una farsa de invierno fundirse como deseo maniatado de sueño discorde, era destello de irrealidad y mi transparencia, era lúgubre como nada antes disuelto o conocido, era tan mío que rompí en llanto cuando vislumbré que no sometería de mí lo que no tengo, era compulsivo y encontré en mi memoria la locura más permanente de recuerdos momentáneos, era rígido y doloroso… hereje e instantáneo, pero no por fuego infernal conspicuo sino por gélido amanecer herido, era mi ser sangrante golpe a golpe de impotencia, era yo mirando el viento, sintiendo briza nocturna de posibilidades, festejando mis impulsos y mi falta de respeto a ese sentir incomprendido que no esperé mirar de nuevo, mientras temblando maldije mi silencio, mi inconsciencia...